Ira Laketic-Ljubojevic

Me apasiona capacitar a las personas para que mejoren su experiencia y obtengan los mejores resultados posibles para sí mismas y para sus organizaciones.

¿Por qué me importa eso?

Imagina una vida cómoda y agradable. Tu camino está trazado, sabes adónde te lleva y no necesitas esforzarte mucho.
A continuación, imagina un acontecimiento que desequilibra tu vida. Imagina que de repente te encuentras en medio de una guerra civil, incapaz de comprender cómo ha sucedido y qué puede venir después. Eso es lo que me pasó a mí, a mi familia y a mis amigos.

En este estado de total conmoción e incredulidad, me di cuenta de que había dos formas de afrontar esta realidad y su crudeza: Quedarme en mi papel "normal" de joven delicada y privilegiada, de "damisela en apuros" a la espera de ser rescatada.

O podía elegir profundizar en mí misma, encontrar los recursos que necesitaba y pasar a la acción, a pesar de los riesgos. Podía elegir sobrevivir. Decidí cambiar mi vida cambiando mi actitud hacia ella y cambiando mis comportamientos.

A pesar de que las probabilidades estaban en mi contra, ¡lo conseguí! Acepté ayuda cuando me la ofrecieron, ayudé a los demás siempre que pude, auné recursos con otros cuando fue posible, asumí riesgos calculados cuando tuve que hacerlo, escuché atentamente y utilicé la información de la que pude disponer para adaptar mis decisiones. Conseguí sobrevivir, pero luego empecé a vivir y a prosperar.

Aprendí mucho durante ese tiempo, sobre mí misma y sobre el mundo. Aprendí a hacerme preguntas sencillas, a mí mismo y a los demás: qué, cómo, dónde, quién y por qué, para tomar mejores decisiones y avanzar en la dirección correcta. Descubrí que lo que hace que la vida merezca la pena y nos hace crecer y desarrollarnos no siempre viene del lado feliz y cómodo, también viene de todo lo que nos hace sufrir. Descubrí la resistencia, el ingenio, el compromiso, la fuerza que llevaba dentro. Me di cuenta de que los demás también la tienen.

Utilizo ese conocimiento y esa experiencia para ayudar a otros a ver los problemas desde otra perspectiva y encontrar formas de mejorar sus vidas y alcanzar sus objetivos. A veces, precisamente por la adversidad y la enormidad del reto que tenemos delante, nos sentimos motivados para alcanzar nuestras metas.

El empoderamiento es la clave. Yo ayudo a la gente, estoy a su lado para darles todo el apoyo, toda la perspicacia y todas las herramientas que poseo, pero cada persona debe tener el impulso y la voluntad de cambiar; yo no puedo dar eso. La responsabilidad del cambio y de los resultados recae en la propia persona, ya que es entre las sesiones cuando se produce la mayor parte del trabajo y de los resultados. En las sesiones, facilito este proceso ayudando a las personas a cambiar la forma en que se perciben a sí mismas y al resto del mundo. Es, esencialmente, la transformación de la forma de pensar de la persona, combinada con el deseo de cambiar y desafiarse a sí misma, lo que, en última instancia, permitirá y posibilitará que esa persona alcance sus objetivos.

En mi experiencia, si escuchas de verdad a las personas, descubrirás lo que necesitan. Y si estás realmente a su lado para ayudarles a encontrar el camino, aprovechar la oportunidad y mejorar los resultados, la gente lo percibe y responde descubriendo nuevas formas de pensar, comportarse y hacer las cosas. Se motivan para tener éxito y, a medida que aumenta su confianza, se sienten capaces de marcar una diferencia notable en lo que les importa.

Ese es mi trabajo y así es como lo hago. Me siento privilegiada por entrenar a personas y asesorar a empresas para que se desarrollen y prosperen.

Los cambios casi siempre son dolorosos, pero el progreso a través del redescubrimiento y la construcción de la propia autoestima es emocionante y la transformación resultante es poderosa y duradera. El coaching te lleva realmente más allá de tus expectativas.