Lección impartida

Formarse para ser profesor puede ser una montaña rusa emocional: los triunfos en las clases pueden desvanecerse rápidamente tras un accidente de coche en el aula y a los fracasos estrepitosos pueden seguir rápidamente las soleadas tierras altas del éxito. Y, por supuesto, el persistente flujo de consejos bienintencionados de colegas experimentados, cada uno de los cuales opera desde su propio modelo de aprendizaje desarrollado a partir de la experiencia, puede a veces contribuir a la desintegración del sentido de uno mismo basado en pensamientos como "¿Y por qué no hice eso? ¿Por qué no lo vi?" y "¡Debo ser tan estúpido para no haber pensado en eso!". Los consejos implican un camino mejor, un camino que, en la experiencia de muchos aprendices, está comprensiblemente ausente de su práctica. Entonces, ¿cuál es la alternativa? Simplemente...

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