Dejar de fumar para siempre

Brian había sido fumador toda su vida. Siempre se había dicho a sí mismo que "algún día" lo dejaría para siempre y nunca había imaginado que cumpliría cincuenta años con un paquete de cigarrillos en el bolsillo.

Hace seis meses, el padre de Brian (también fumador de toda la vida) murió de cáncer de pulmón y toda la familia fue testigo de los estragos causados por esta terrible enfermedad. Como no quería estresarse más durante la enfermedad de su padre, Brian se dijo a sí mismo que lo dejaría definitivamente cuando todo acabara. Después de todo, había sido testigo de primera mano del daño que los cigarrillos pueden hacer a tu cuerpo, tal vez este era el incentivo que necesitaba.

Durante los últimos meses, ha intentado recordar el dolor por el que había pasado su padre para dejar el tabaco, pero no lo ha conseguido. Todo lo que había hecho era dejar a Brian con mucho dolor emocional. No era de extrañar que automáticamente recurriera a los cigarrillos para cambiar sus sentimientos. La nicotina lo había conseguido durante muchos años y él no conocía otra forma de hacerlo.

Después de trabajar con Brian durante algún tiempo, tuvo un verdadero avance emocional, que desencadenó una parte vital del proceso de curación para Brian - la capacidad de traer recuerdos positivos y felices de un ser querido a un primer plano y permitir que los más dolorosos se desvanecieran. Así, Brian fue más capaz de decir "no" a los cigarrillos de forma relajada y controlada. Y cada vez que lo hacía, contaba con la aprobación de su padre.

Todos hacemos fotos delante de nosotros en diferentes lugares dependiendo de las emociones que estemos experimentando con ese pensamiento. Localizar tu lugar para hacer fotos "buenas" y luego tu lugar para hacer fotos "malas" es una habilidad útil para tomar el control de tus pensamientos, en lugar de dejar que ellos te controlen a ti.