Abandono y negligencia - Problemas recurrentes en las jóvenes

El reto

Cuando conocí a GB, tenía poco más de 20 años y parecía visiblemente avergonzada por su "problema". Lo describió así: "Un día me desperté con un sarpullido enorme alrededor de la muñeca derecha. No había comido nada fuera de lo normal y, en realidad, no soy alérgica a nada".

Le había salido una erupción en la parte interior de la muñeca derecha de unos 5 cm de diámetro que le impedía llevar el reloj y le causaba gran angustia. Antes de nuestro encuentro, había visitado a su médico de cabecera, quien le recetó una crema local para aliviar la zona, que no alivió en absoluto la erupción.

Una exploración del pasado de GB sacó a la luz que durante su infancia y hasta el final de su adolescencia sufrió sentimientos de abandono y negligencia debido a una relación disfuncional entre sus padres. Vivió con su madre durante muchos años, mudándose de un lugar a otro y a menudo quedándose sola mientras su madre estaba de viaje por negocios. Durante esos años, GB desarrolló profundos vínculos con algunas de las nuevas parejas de su madre, especialmente con la actual.

El efecto

Cuando le pregunté a GB si podía pensar en un episodio significativo que ocurriera al mismo tiempo que la erupción, se emocionó y dijo que su madre estaba considerando romper con su actual pareja, a la que GB estaba muy unida. Dijo: "Después de tantos años huyendo, por fin me siento segura y feliz aquí, ¡y ella también quiere arruinarlo! Sentía que no podía hablar de esto con nadie: "Nadie me escucha. Me siento con las manos atadas".

Simbólicamente, el sarpullido apuntaba exactamente a eso Su subconsciente se tomó en serio su afirmación y le dio exactamente aquello en lo que creía. El sarpullido de su mano se hacía aún más evidente cuando se sentía ansiosa o cuando hablaba de la posible ruptura de su madre. Esto parecía amenazar su recién construido nido de seguridad y la posibilidad de perderlo sin poder protegerlo le causaba un inmenso dolor.

Solución

Utilizamos una línea de tiempo hipnótica para recrear la trayectoria de GB desde su infancia hasta la actualidad con el fin de localizar los acontecimientos traumáticos y eliminarlos.

Gran parte de su ansiedad actual provenía de viejos miedos, como que un día se despertaría y estaría sola y no podría hacer nada, sintiéndose "con las manos atadas". El método hipnótico identificó en qué momento exacto del pasado se formaron esos miedos y creencias negativas. Eliminamos las creencias sin recursos que estaban en la raíz de su sensación de tener las manos atadas y anclamos nuevas creencias.

Abordando los miedos que arrastraba desde el principio de nuestras sesiones abordamos indirectamente la erupción que era un mensaje extremo que su cuerpo estaba enviando para advertirla. También trabajamos los miedos individualmente. Identificamos cada miedo, identificamos el peor resultado posible que ella podía imaginar y luego simplemente les quitamos su poder ilusorio reduciéndolos a imágenes diminutas y jugando con submodalidades y el patrón Swish.Trabajé con GB un total de 4 sesiones repartidas en 2 semanas. Después del 5º día la erupción en su muñeca había desaparecido por completo.

Resultado

Cuando hicimos la prueba y revisamos los recuerdos dolorosos, dejó de sentir ansiedad y miedo.

Confesó: "¡No sabía que mi cuerpo podía escucharme! Ahora entiendo que de niña no podía controlar lo que pasaba en mi vida y lo acepto, pero ahora puedo controlar lo que dejo entrar en mi cabeza y en mi corazón."

El sarpullido de su muñeca desapareció cuando GB comprendió, no sólo intelectualmente, sino cuando interiorizó de verdad que sus manos no están "atadas". El sarpullido era una advertencia metafórica de su poder superior de que ya era hora de que tomara las riendas de su vida y empezara a hablar por sí misma.

El abandono y la negligencia son algunos de los enemigos mejor disimulados que permanecen latentes en el fondo de nuestra conciencia hasta que se activan cuando menos lo esperamos. Pero por muy oscuro que parezca un recuerdo, cada uno de nosotros dispone de un inmenso poder para transformar el pasado desde donde nos encontramos. No tiene por qué ser doloroso cambiar un recuerdo doloroso. Pero saber que puedes cambiarlo y no atreverte a hacerlo, puede ser aún más dañino.