Esta no es una historia de "felices para siempre", al menos por ahora.

El reto

Z conoció a su marido en el trabajo. Se casaron y tuvieron dos hijos.

Cuando los niños tenían tres y cinco años, su marido tuvo una aventura con una compañera de trabajo y dejó a Z y a los niños para irse a vivir con su nueva pareja.

Al cabo de dos años, su nueva pareja le pidió que se marchara, y él volvió con su mujer y sus hijos.

Su relación nunca se recuperó, la pareja discutía a menudo y llevaba seis años viviendo cada vez más separada en el "hogar familiar".

Z se retiraba a menudo a su dormitorio, donde encontraba la "paz" que ansiaba.

Como "no estaba tan mal", había tolerado la situación, sobre todo por el bien de los niños.

La terapia de pareja no había funcionado ni para Z ni para su marido, y la habían abandonado de mutuo acuerdo.

El efecto

Z sentía que estaba perdiendo su "chispa", odiaba las discusiones en casa y estaba preocupada por su efecto en los niños.

Su marido parecía a menudo deprimido, pero no estaba dispuesto a hablar de su situación ni a tomar medidas.

Decía que nunca volvería a salir de casa.

Sin embargo, era "un buen padre" que dedicaba la mayor parte del tiempo de los fines de semana a los niños y a su interés común por el fútbol.

Los chicos comentaron las discusiones de sus padres y expresaron su deseo de que papá y mamá dejaran de discutir.

Solución

Z se inscribió en "Estrategia Personal - Cuestión Compleja" de mi sitio web. Son seis-nueve horas de apoyo.

El trabajo consta de tres fases:

• La primera es la Auditoría de Estrategia Personal, que yo proporcioné y Z completó en su tiempo libre antes de nuestra reunión.

• La segunda fase consistió en seis horas de trabajo individual, cara a cara, durante dos días consecutivos.

• Después de este trabajo, hicimos un seguimiento de los progresos, con tres horas de llamadas durante las ocho semanas siguientes.

Trabajé con el proceso de pensamiento de tu Z, las historias que se contaba a sí misma, cómo se valoraba, sus ambiciones y su sentido del poder personal.

Mi objetivo era ordenar y separar las hebras entrelazadas de su complejo problema para que pudiera verlo con claridad, comprender su posición, encontrar una forma de avanzar y pasar a la acción.

A Z le gustaba su barrio y los amigos que la apoyaban.

Los colegios de los chicos funcionaban bien.

Le gusta su trabajo.

No quería que la "historia" fuera que había "abandonado a sus hijos".

Juntos fuimos realistas y prácticos. Z se marchó de Bristol aceptando seguir una serie de ideas diferentes.

Ya no veía la situación como "quedarse" o "irse".

Resultado

Z empezó por buscar una vivienda de alquiler (sólo para ella) en su barrio.

Al mismo tiempo, su marido se comprometió a estudiar la posibilidad de hipotecarse y rehipotecarse con un asesor financiero, y a hacerlo juntos, basándose en sus salarios individuales y combinados.

A Z le sorprendió que accediera a hacerlo.

Seis meses más tarde, han acordado una transformación en loft, con espacios separados para cada uno, pero bajo el mismo techo.

Ambos están satisfechos, las discusiones han disminuido y Z es mucho más feliz.

Esta no es una historia de "felices para siempre", ¡al menos no todavía!

Pero creo que hemos resuelto los problemas y hemos encontrado algo que funcionará al menos hasta que los niños se vayan de casa.