Reconectar una relación sencilla

El reto

Un matrimonio que dirigía con éxito un negocio en común se encontraba cada vez más estresado en casa y discutía con más frecuencia. Empiezan a discrepar sobre decisiones empresariales hasta el punto de volverse intransigentes e irreconciliables.

A su vez, sus posturas enfrentadas repercutían en el personal que empleaban, con un aumento de las bajas por enfermedad.

Ann había montado el negocio antes de conocerse y tenía un enfoque muy práctico. Ben procedía de una empresa de recursos humanos y había aportado un enfoque más profesional, no intervencionista y global al trabajo diario.

El efecto

Ann dijo que el negocio era "mi bebé" y que le disgustaba perderlo. Sentía que perdía el control de la empresa. Por otro lado, reconoce que, para que la empresa progrese, tiene que dejarla crecer. También estaba un poco hastiada y no quería intervenir.

Ben habló de forma racional (con muchos predicados de pensamiento/digital auditivo) sobre lo que necesitaba la empresa. Su frustración era que Ann se quejaba un día de que no podía alejarse de la empresa y al día siguiente sentía que la empresa ya no era suya.

Solución

Ann utilizó un lenguaje kinestésico/sensorial. Ben hablaba en términos de "creo/sé que...".

Empecé hablándole a él en lenguaje "pienso" (¿qué crees que está pasando?) y a ella en lenguaje "siento" (¿y cómo te sientes al respecto?). Después de coincidir con ambos durante un rato, les expliqué lo que estaba experimentando. Luego hice que él le dijera a ella cómo se sentía y que ella le dijera a él lo que pensaba. También hice que él reflejara los sentimientos que le estaba oyendo decir a ella y que le hiciera preguntas sobre cómo se sentía respecto a las ideas.

Resultado

Curiosamente, el hecho de que ahora fueran conscientes de sus diferentes estilos de comunicación, hizo que ambos se esforzaran por tomarse un momento antes de responder al otro. Esta (aparentemente simple) toma de conciencia de los predicados (lenguaje sensorial) les permitió acceder a sus recursos como pareja. De todas las cosas que discutimos, ésta pareció ser la llave que abrió la puerta a su reconexión.

Acordaron que dejarían el trabajo en el trabajo.

Cuando les vi dos semanas más tarde, estaban más relajados en casa y volvían a disfrutar de su mutua compañía.