Superar una reticencia de 50 años a comer verduras

El reto

Durante más de 50 años, Debbie evitó por completo las verduras. Aunque por lo demás gozaba de buena salud, su aversión a las verduras se había convertido en un gran obstáculo para mantener una dieta equilibrada y nutritiva. Esta resistencia tenía sus raíces en experiencias pasadas y en barreras emocionales, lo que la llevaba a seguir una dieta restringida y a preocuparse por su bienestar a largo plazo.

La negativa de Debbie a comer verduras iba más allá de sus preferencias: se basaba en una creencia muy arraigada de que las verduras eran poco apetecibles e incluso repulsivas. Estas asociaciones negativas, acumuladas a lo largo de años de experiencia, crearon un bloqueo mental que le impedía tomar decisiones más saludables. Le preocupaba que sus malos hábitos alimentarios pudieran afectar negativamente a su salud y limitar el tiempo que podía pasar con su familia y amigos.

Descubrimos muy pronto que el problema tenía su origen en la infancia, cuando sus padres no la dejaban levantarse de la mesa hasta que el plato estaba limpio, lo que llevaba a Debbie a pasarse horas en la mesa empujando las verduras por el plato hasta que, finalmente, por coacción y aburrimiento, se comía las verduras, ahora frías y en su mayoría demasiado cocidas.

El efecto

Debbie se siente ahora con más energía y vitalidad. Notó una mejora en su salud general, y la idea de vivir una vida larga y sana -llena de alegría y momentos compartidos con la familia y los amigos- se convirtió en una fuerza motriz. Los cambios positivos en su dieta le dieron una renovada sensación de control sobre su salud, haciéndola sentir más conectada con sus objetivos y con las personas que le importaban.

Debbie dice que ahora puede disfrutar plenamente de las comidas y ya no es una "comedora melindrosa" cuando la invitan a casa de amigos o a restaurantes. Dice que antes se sentía grosera rechazando las verduras o inventaba elaboradas formas de fingir que se las comía, lo que incluía, entre otras cosas, envolver algunas verduras en servilletas y meterlas en una pequeña bolsa de comida dentro de su bolso.

Solución

Para ayudar a Debbie a superar este reto de toda la vida, empleé una combinación de PNL e Hipnoterapia.

Reencuadre con PNL:
El primer paso fue replantear las creencias negativas de Debbie sobre las verduras. Trabajamos juntos para cambiar su visión de las verduras de "asquerosas" o "desagradables" a verlas como una fuente de alimento, energía y vitalidad. Facilité a Debbie la conexión con sus valores detrás de comer bien.

Trabajo de cronología:
Revisamos acontecimientos pasados de forma segura y con apoyo. Debbie procesó y liberó la carga emocional ligada a esos recuerdos eliminando viejas asociaciones inútiles y creando espacio para otras nuevas y más saludables.

Hipnoterapia de Sugerencias Positivas:
Utilizando sugestiones positivas e imágenes para aumentar la capacidad de Debbie de aceptar las verduras en su dieta. La visualizamos comiendo verduras y disfrutándolas, haciendo hincapié en cómo estos pequeños cambios contribuían a su vitalidad y bienestar. Esto reforzó su nuevo sistema de creencias, haciendo que las verduras no sólo fueran aceptables, sino deseables como parte de un estilo de vida saludable.

Anclaje para la motivación:
Utilizando el anclaje de sentimientos positivos de salud, fuerza y conexión con el objetivo de Debbie de comer verduras, Debbie fue capaz de desencadenar sentimientos de motivación y empoderamiento cada vez que sentía el impulso de buscar alimentos más saludables. Esto la ayudó a tomar decisiones positivas en el momento.

Resultado

En total, Debbie tuvo 3 sesiones de 90 minutos cada una con 2 semanas de intervalo:

Después de la primera sesión de 90 minutos, Debbie empezó a notar un cambio significativo. Los bloqueos mentales y emocionales en torno a las verduras empezaron a desaparecer. Después de la segunda sesión, pudo introducir pequeñas cantidades de verdura en sus comidas, al principio en forma de batidos y sopas, cuya textura y sabor eran más agradables. Antes de la última sesión, comía una gran variedad de verduras en pequeñas cantidades y ahora disfruta de ellas sin los sentimientos negativos que había experimentado durante décadas.

Debbie disfruta ahora de forma regular comiendo una gran variedad de verduras como parte de una dieta equilibrada, se siente más sana y ha declarado que ahora tiene mucha más energía que antes.