Swing High, Swing Low - Nivelar los cambios de humor

A los 20 años, Susan tenía miedo de divertirse. Cada vez que se divertía, al día siguiente sufría inevitablemente al sentirse muy, muy decaída.

Swing High, Swing Low - Nivelar los cambios de humor

Publicado por Sylvia Guest en

El reto

A los 20 años, Susan tenía miedo de divertirse. Cada vez que se divertía, al día siguiente sufría inevitablemente al sentirse muy, muy decaída.

Susie tenía 50 años cuando contó su historia a Sylvia, profesional de la PNL.

sentía que me castigaban por divertirme, parecía que tenía que pagar por el placer con dolor".

El dolor que Susie experimentaba era tremendamente desproporcionado en relación con el placer; por 12 horas de disfrute podía tener semanas de depresión. Este patrón había empezado en la infancia y, como Susie dijo, "no creía que mereciera ser feliz, así que me parecía bien que sufriera por atreverme a disfrutar". Tras reflexionar unos instantes, añadió: "En realidad, no me creía capaz de ser feliz".

La autoestima de Susan caía en picado con cada bajón: "Cuando me sentía mal, me hacía daño a mí misma, de forma leve físicamente y de forma importante emocionalmente". Y esta gran oscilación de estados de ánimo dañaba sus relaciones: "Lo que realmente no podía entender era que cuando estaba de buen humor hacía daño a la gente que quería".

El efecto

Tras años de ocultar los altibajos ("me daba demasiada vergüenza y me confundían las cosas que hacía cuando me levantaba, como para contárselo a mi médico") y de ser tratada sin éxito por depresión, Susie por fin se sintió con fuerzas para contarle a su médico la historia completa. Era hora de cambiar.

Tras muchas preguntas, se confirmó el diagnóstico de trastorno bipolar y Susie recibió medicación estabilizadora del estado de ánimo.

Sin embargo, al cabo de unos meses, Susie decidió que los efectos secundarios físicos y psicológicos de la medicación eran peores que el problema original, y supo que tenía que encontrar otro camino: "Mi médico me había dicho que, incluso tomando medicación, siempre tendría cambios de humor. Nunca se me ha dado bien aceptar los absolutos de los demás", dice Susie (riéndose de sí misma al utilizar ese gran absoluto, "nunca"). Se impuso y, bajo la supervisión de su médico, Susie fue reduciendo gradualmente la dosis hasta que dejó de tomar medicación.

Solución

Susan pensó que, puesto que era su mente la que estaba a cargo de su estado de ánimo, podía encontrar la manera de conseguir que hiciera algo diferente.

Tras una primera sesión en la que exploramos lo que quería conseguir, en la siguiente establecimos los medios para que Susie identificara las primeras señales de advertencia de que su estado de ánimo estaba subiendo o bajando. Cuando volvió para la tercera sesión, estaba lista para poner fin a los cambios de humor. Antes de que se acabara la hora, habíamos descubierto cómo "hacía" los altibajos y puesto en marcha los cambios de patrón necesarios para equilibrar sus estados de ánimo de la forma más adecuada para ella. Después de toda una vida viviendo con cambios de humor, Susan necesitaba nuevas estrategias para su nueva "normalidad" y, junto con aprender a desarrollar su resiliencia, ése fue nuestro objetivo para las siguientes sesiones.

La secuencia:

. Explorar el objetivo
. Establecimiento de la autoconciencia para identificar las primeras señales de alarma
. Cortocircuitar los cambios de humor
. Nuevas estrategias para la nueva "normalidad
. Crear resiliencia

Resultado

Cuando hace poco me puse en contacto con Susie para preguntarle si podía contar su historia, me confirmó que en los años transcurridos no había vuelto a tener un episodio maníaco o depresivo. (A veces, los 'absolutos' pueden ser increíbles)

es increíble poder experimentar una alegría y un placer duraderos, ¡y creatividad! Mi creatividad se ha disparado".

Susie está encantada con la diferencia: ya no tiene esos subidones estremecedores, sus relaciones permanecen intactas y no hay "días de pago" Como todo el mundo, sigue pasando por momentos bajos, pero siempre hay un motivo, y siempre se recupera con la seguridad de que no solo es capaz de ser feliz, sino que se lo merece.

Sylvia Guest
Sylvia Guest

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