Cambié mi relación con la comida y dejé de hacer dieta

El reto

Debra llevaba toda la vida haciendo dietas yo-yo. Se acercaba un cumpleaños importante y estaba desilusionada porque se encontraba en el extremo de no gustarse a sí misma y sentirse incómoda con su cuerpo en ese momento de su vida.saboteaba su dieta cuando no era lo bastante perfecta comiendo alimentos "buenos" o si comía alimentos "malos". Por ejemplo, si comía chocolate o tenía que comer alimentos diferentes en vacaciones, recurría al pensamiento de todo o nada y saboteaba su alimentación, por lo demás saludable, porque había sido "mala".

El efecto

Debra estaba cansada de su lucha con la comida, de los altibajos emocionales que le producía perder peso y del autosabotaje. Quería sentirse mejor al entrar en la próxima década y dejar de hacer dietas yo-yo. Quería sentirse más segura de sí misma. Tenía el armario y los cajones llenos de ropa de todas las tallas, porque nunca sabía qué talla le quedaría y eso la agobiaba. Además, solo llevaba ropa holgada que le permitiera esconderse.

Solución

Debra trabajó conmigo virtualmente y en persona durante 12 sesiones de una hora complementadas con vídeos de formación y recursos que explicaban técnicas de PNL y otros enfoques de mentalidad.

Identificamos sus hábitos en torno a la comida, sus estrategias y qué pequeños cambios podía hacer para intervenir. Nos contó su historia alimentaria: las creencias que tenía sobre la comida. Una creencia clave era "soy desorganizada". Surgió cuando reflexionó sobre lo poco que le gustaban las listas de tareas y cómo esto afectaba a su relación con su marido, ¡a quien le encantaban las listas! Cuando se dio cuenta de que esta creencia era falsa, utilizamos la técnica del Paso N para cambiarla. Como resultado, despejó completamente sus armarios y cajones, así como su despacho. El resultado a largo plazo fue la organización de su alimentación.

Otra clave del cambio fue replantear su forma de etiquetar los alimentos, introduciendo categorías que le permitieran pensar con más flexibilidad y reaccionar con más flexibilidad ante situaciones en las que su comida ideal no estaba disponible. También identificamos el lenguaje que utilizaba para hablarse a sí misma y cambiamos las submodalidades de su voz interior para desarrollar más autocompasión.

Creamos un resultado bien formulado y un ancla de recursos que se centraba en cómo se sentiría y no en cuánto peso "tenía que perder".

Resultado

En la entrevista que me hizo un año después, Debra dijo que no puede soportar pensar en cómo era. Reflexiona que su lucha con la comida era como una adicción y que necesitó el trabajo interior que hizo conmigo para librarse de esos días oscuros, para librarse de los pensamientos desagradables en torno a la comida. Reflexiona que ahora prácticamente no pasa tiempo pensando en la comida, está en su peso ideal constantemente y ya no se sabotea. También reflexiona sobre cómo nos fijamos en otros bloqueos que no parecían relacionados con la comida en ese momento y ahí fue donde obtuvo el valor masivo. Las sesiones de coaching y la formación en PNL por sí solas, sin tener en cuenta la pérdida de peso, le dieron confianza. Con estas nuevas perspectivas, fue capaz de crear equilibrio. Refleja que se siente tan bien con su ropa que le hace sonreír y se siente muy cómoda consigo misma. Está segura de su peso por primera vez desde que tenía diez años.