Ya no es doloroso, y eso es todo un regalo.

El reto

Este estudio de caso ha sido redactado junto con mi cliente y con su aprobación. Para proteger su confidencialidad, me referiré a mi cliente como L.

L había pasado por el trauma de ver morir a su padre y de vivir con él durante el tiempo que estuvo enfermo. La tristeza era abrumadora y había empezado a comer emocionalmente. L se sentía muy deprimida. La vida era muy estresante y se sentía muy ansiosa.

L había ido al médico de cabecera para que le diera medicación, ya que no estaba haciendo frente a las cosas; las presiones del trabajo y una familia joven. Antes de venir a verme, había asistido a varias sesiones de asesoramiento a través de su médico de cabecera. Se dio cuenta de que necesitaba dejar atrás esa parte de su vida.

El efecto

L se sentía abrumada y quería sentirse más ligera ante la vida. Se había sobrecargado, se sentía vacía y agotada. No lo había relacionado con la muerte de su padre y no se había dado cuenta de que todo se había vuelto agotador. Sentía que no tenía tiempo ni energía.

Solución

En nuestra sesión inicial, L me contó lo que le había estado pasando y yo identifiqué lo que había que abordar en primer lugar. Aunque no era lo que L pensaba que había venido a buscar, confió en mí. A veces, L dice que fue difícil escuchar las cosas, pero le gustó mucho que las abordáramos de inmediato. Por ejemplo, la técnica de PNL Duelo y Pérdida nos permitió trabajar esto en una sesión. Aunque surgieron más cosas, a L le gustó que las tratáramos eficazmente y le pareció catártico y suave. L se sintió facilitada y guiada y no sintió que hubiera muchos cabos sueltos.

La mayoría de las sesiones se desarrollaron de forma conversacional, a veces utilizando técnicas específicas de PNL, y también se trabajó la gestión del tiempo y la visualización creativa.

A L le gustó que los animales formaran parte de sus sesiones, sus mimos y su intuición. El entorno y la naturaleza que lo rodeaba le encantaron y le ayudaron a relajarse a pesar de sentirse un poco nerviosa.

L dice que siempre siente que con la PNL hay soluciones: "Tienes la sensación de que estás avanzando. Es refrescante hablar de ello y afrontarlo. Y tratar con ello, muy dentro de ti. Se siente optimista".

Resultado

El dolor y la tristeza desaparecieron. L se sorprendió de lo mucho que cambió su forma de pensar sobre su padre. Antes se sentía negativa y triste al hablar de su padre, pero dos o tres semanas después de la sesión, se sentía ligera y positiva.

L se sentía mucho más ligera, más optimista y capaz de enfrentarse a su madre y a su dolor, viviendo con ella y viéndola. Se sentía más fuerte y en contacto con sus propios recursos, lo que le permitía avanzar para sí misma, su familia, su marido, sus hijos y, en particular, su madre. Cada vez que veía a su madre, la ausencia de su padre era evidente. Aunque L le echa de menos, ya no es doloroso, y eso es todo un regalo.

L cambió su relación con la comida, empezó a correr, aprendió a decir no y mejoró su relación consigo misma y con los demás.

Las sesiones con L han continuado a lo largo de los años de forma ad hoc cuando L sentía que quería abordar algo. L dice que, cada vez, haga lo que haga, siente que se está arreglando. Es una forma esperanzadora y optimista de afrontar las cosas de tu vida.