Relacionarse

Una de las claves del éxito de una relación es cómo nos relacionamos los unos con los otros. En PNL reconocemos los Metaprogramas que las personas están ejecutando;

Volver a PNL y relaciones

Relacionarse

Una de las claves del éxito de una relación es cómo nos relacionamos los unos con los otros. En PNL reconocemos los Metaprogramas de las personas; los filtros con los que perciben las experiencias y el mundo que les rodea. Tener una idea de los Metaprogramas a través de los cuales se filtra una persona nos permite comprender su mapa del mundo y la mejor manera de establecer una relación con ella.

Los miembros de la ANLP han sido invitados a contribuir con artículos centrados en las relaciones. Así pues, pensé en escribir sobre algo que todos tenemos y que formará la base a partir de la cual nos relacionamos con los demás: nuestro estilo de apego.

Los seres humanos somos seres sociales, diseñados para conectar con los demás. Podemos percibir intuitivamente si alguien está siendo abierto y guiado por el corazón, o si está siendo reservado, desconfiado o limitado emocionalmente. Como profesionales y coaches, estas cosas influyen en la forma en que construimos y mantenemos la relación con los clientes, pero también en nuestras relaciones interpersonales. Nuestras experiencias vitales influyen en cómo nos relacionamos, junto con nuestra personalidad, pero nuestro estilo de apego es uno de los factores que más influyen en cómo nos relacionamos con los demás.

En la década de 1950, John Bowlby propuso la Teoría del Apego. Esta teoría surgió de la investigación que realizó con bebés y cómo respondían a sus cuidadores tras una experiencia estresante mediante un experimento llamado La situación extraña. Supuso que, dependiendo de cómo el cuidador principal hubiera atendido y se hubiera relacionado con el niño desde su nacimiento, éste adoptaría una forma primaria de relacionarse con los demás. Otros trabajos y estudios en torno a esta investigación han permitido comprender los estilos que utilizamos para relacionarnos con los demás y las estrategias que empleamos para satisfacer nuestras necesidades.

Al principio se pensaba que nuestro estilo de apego nos acompañaría toda la vida. Pero desde entonces se ha descubierto que nuestros estilos son plásticos y pueden alterarse en cualquier etapa de nuestra vida, especialmente cuando mantenemos una relación afectiva importante. Aunque a menudo puede tratarse de una relación íntima, también puede verse influido por las experiencias que vivimos en el trabajo, sobre todo si existe una amenaza para nuestro bienestar emocional o físico. Se ha demostrado que la seguridad psicológica es un aspecto importante de un entorno laboral saludable y productivo, así como de nuestra capacidad para prosperar en nuestra vida personal. Comprender nuestro propio estilo de apego, así como el de los demás, puede ayudarnos a reconocer cuál es la motivación que patrocina el comportamiento de alguien y su modelo del mundo.

Como ocurre con muchos rasgos, existe un espectro y, en algunos casos, no siempre es obvio. Cuanto más valoremos una conexión, o si estamos o no bajo estrés o amenaza en ese momento, influirá en cómo se manifiesta nuestro estilo de apego en un momento dado.

Las principales formas en que difieren los estilos de apego son

  • tus expectativas respecto a otras personas y relaciones
  • su capacidad para identificar y comunicar sus deseos o necesidades
  • la forma de abordar y manejar los conflictos
  • cómo se relaciona con las emociones, la conexión y la intimidad

Recientes descubrimientos han demostrado que alrededor de la mitad de nosotros tenemos lo que se considera un apego seguro y alrededor de la otra mitad hemos visto influido nuestro sistema de apego de tal manera que nos ha dejado formas inseguras de relacionarnos. Una vez que conozcas los estilos de apego, seguro que serás capaz de identificar rasgos en personas que conoces.

Las 4 maneras distintas en que nos relacionamos a través de nuestro estilo de apego.

Seguro

yo estoy bien, tú estás bien". Alguien se siente cómodo expresándose con un buen sentido de sí mismo y de sus valores. Es capaz de confiar, relacionarse y responder a los demás con facilidad. Es fiable y coherente, capaz de ser flexible cuando es necesario y de comprometerse. Se siente a gusto en la intimidad y con el compromiso.

Ansioso Preocupado

yo no estoy bien, tú estás bien". Se centra en las necesidades de los demás y quiere agradar, depende de la validación externa, es sensible al rechazo o teme la exclusión, tiene problemas para establecer sus límites. Puede llegar a preocuparse por sus pensamientos, sentimientos y relaciones. Suelen jugar en equipo y son empáticos.

Evasivo despectivo

yo estoy bien, tú no estás bien". Valora mucho la autonomía y la independencia, establece límites con firmeza y es inflexible, le cuesta dejar claras sus intenciones o necesidades, se siente incómodo con la intimidad emocional o la vulnerabilidad, necesita espacio personal y privacidad. Puede ser lógico y organizado.

Temeroso Evasivo

yo no estoy bien, tú no estás bien". Valora la comprensión y la conciencia profundas, hipervigilante y atento a los demás. Este estilo es una mezcla de la preocupación ansiosa y de la evitación desdeñosa, por lo que puede parecer a los demás que cambia de opinión o que se desvía de lo que quiere. Quiere apaciguar y evitar los conflictos. Puede ser sensible e intuitivo.

Cada uno de estos estilos suele nacer de la forma en que nuestro cuidador principal o significativo sintonizó y respondió con nosotros en los primeros años de nuestra vida. Aunque, como ya se ha dicho, también pueden alterarse más adelante. Son estrategias que nos ayudaron a obtener seguridad, protección y a tranquilizarnos en su momento. Por eso, cuando estamos estresados, nos inclinamos por uno de estos estilos.

Ningún estilo es bueno o malo, pero es útil darse cuenta de cuándo nos está limitando de lo que queremos. Reconocer tu propio estilo de apego te ayudará a comprender mejor cómo te relacionas con los demás.

Ser capaz de reconocer y regular tus emociones, sentirte cómodo pidiendo que se satisfagan tus necesidades, las estrategias que utilizas para obtener seguridad emocional y tus expectativas sobre cómo conectar con los demás mejorarán tu conciencia, tu capacidad de relacionarte con los demás y tus relaciones.

Lydia Walker
Lydia Walker (artículo de miembro)

Master NLP Practitioner | Advanced IEMT Practitioner | Master mBIT Coach | Trauma-informed Trainer & Speaker | Certified Coach